jueves, 8 de abril de 2010

Máquina de Muerte



Nada es suficiente.

La maldición de aquella alma se expande, en su inconformismo feroz, rueda por las eternidades vaciando sus consignas, succiona la vida e inyecta el concentrado letal, el pájaro eclipsado exige su festín, la doncella más triste de la faz. El ave clava sus garras como filosos garfios, rompe la carne, destruyendo la piel, pende la víctima de las garras del ave, desprendiéndose de sus ropajes y su dignidad, cae pronto, cae sobre la arena un esperpento boquiflojo, de cabeza trizada que desnuda se arrastra, para luego ser ultrajada por veinte demonios que a su vez, muerden y arrancan algunos trozos de su vientre y su corazón. El pájaro mira desde la cúspide, en su trono de oscuro mineral tallado, un circo de carne fastuoso, sangre y tripas, llanto y sed adornan las letras de su nombre, sin embargo, por más descarnado que sea el espectáculo, al instante, el ave sobrevuela la imagen y desestima su magnitud, con un desprecio se aleja, los demonios entienden su plan y se marchan igualmente, el recuadro de la carnicería está lleno de partes y partes de otras partes, uno demonio lanza lejos una pierna antes de partir, la máquina de la muerte se aleja, nada es suficiente para las almas huérfanas, podrían ver estallar sus corazones, mas, no existe en el mundo, algo que les conmueva.

Nada es suficiente.
Z.B.

Pastillas


¿Hay un lugar aquí adentro donde pueda estar segura de mi?

Habitaremos en el silencio por siempre, un lugar sin puertas ni ventanas, un lugar donde suministran pastillas a toda hora, pastillas por millones con miles de formas y colores indefinibles, pastillas para despertar, para dormir, para tener hambre, para sonreír, para tener paciencia, para perderla, pastillas para reactivar el aparato adormecido, pastillas para sentir y pastillas para funcionar de toda forma y amorfa, cada pieza posee un dispensador metálico con 30 botones cada uno hace que las grageas salga de manera esperada, también se puede programar, para que la pastilla salga de manera sorpresiva, yo, casi siempre ocupo esa modalidad.
Zeta Be