martes, 24 de noviembre de 2009

Funámbulo







Hay cientos de cuerdas rojas,

pendiendo de la azotea cerebral,
en varias se aferran los discursos envasados,

otras terminan en cabeza de serpiente venenosa,

algunas son colmillos por si solas,
axones, exacerbadamente prolongados,

donde tender la ropa añeja,
del cadáver.




Funámbulo,

camina por el axón,

no adivino la forma en que tu boca se abrirá,
funámbulo!
Maldito bípedo serás,

tu pasado cuadrúpedo,
bajo la sal de la amnesia enterrarás.



Naciste moribundo,
destrozado en la red inexistente de tu oficio,
Dios olvidó tu rezo,
cuando el mismo se pensaba
tratando de existir,
pero,
no existió,
ni recordó.

La red del espectáculo,
es una guillotina de papel,
tu,
eres mi poema.



Sin duda,
hoy cuelgan cientos de cuerdas rojas,
llantos de crayola colorada,

tengo bajo el pie,

un alambre blindado de abismos oxigenados.




Z.B.

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